La influenza es una infección viral que afecta principalmente a la nariz, garganta, bronquios y ocasionalmente a los pulmones. Esta temporada de frío aumentan las posibilidades de padecerlo, por lo que se recomienda aplicar la vacuna para prevenirlo.

La infección suele durar una semana y se caracteriza por la aparición repentina de fiebre superior a 38 ° C, dolores musculares, de cabeza, malestar general, tos seca, náuseas, vómitos, dolor de garganta y rinitis, siendo la única forma de prevenir o reducir el riesgo. de la infección es con la vacuna.

Tanto la Secretaría de Salud, como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) han instalado módulos y aplican la vacuna en los centros de salud de la familia.

En el caso del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Veracruz Norte, la meta es aplicar 564 mil 986 dosis de vacuna antigripal a grupos de riesgo. Deben asistir a los módulos PrevenIMSS de las Unidades de Medicina Familiar (UMF).

Los grupos a vacunar son: niñas y niños de seis meses a cuatro años 11 meses; personas mayores, personal sanitario, mujeres embarazadas o en período de lactancia.

Así como personas de cinco a 59 años con enfermedades cardíacas o pulmonares congénitas y crónicas con comorbilidades como diabetes mellitus no controlada, obesidad mórbida, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), asma, cáncer y enfermedades cardiovasculares.

Por su parte, la población de seis a ocho años que nunca ha recibido una vacuna antigripal debe acudir a un punto de vacunación para recibir la primera dosis de inmunización.

El biológico contra la influenza en el embarazo se considera seguro, por lo que se recomienda su administración durante la temporada de invierno a todas las mujeres en cualquier momento durante el embarazo.

Los datos del IMSS detallan que las personas con alergia a las proteínas del huevo, kanamicina o neomicina no pueden vacunarse antes de los seis meses; pacientes con antecedentes recientes de síndrome de Guillain Barré o con enfermedad respiratoria aguda moderada o grave, con o sin fiebre.

Ni personas con hipertensión arterial esencial, insuficiencia renal, inmunosupresión adquirida por enfermedad o tratamiento y personas con VIH.

La influenza se transmite fácilmente de una persona a otra a través de las gotitas expulsadas al toser o estornudar. La influenza tiende a propagarse rápidamente y causar epidemias estacionales, principalmente en invierno.

Por lo tanto, se recomienda cubrir la nariz y la boca con un pañuelo desechable al toser o estornudar y desecharlo en una bolsa de plástico que debe mantenerse cerrada; también se puede utilizar el ángulo interno del codo; lavado frecuente de manos con agua y jabón, si no es posible, uso de alcohol en gel; evite tocarse los ojos, la nariz y la boca.

Evite asistir a lugares concurridos; evite invariablemente dar la mano, besar o abrazar; no escupir en el suelo y otras superficies expuestas al medio ambiente.

Tampoco conviene compartir vasos, platos y cubiertos, así como alimentos, bebidas y utensilios de higiene personal y seguir las recomendaciones del médico y no automedicarse. 

Se estima que solo una de cada 100 personas vacunadas puede presentar efectos adversos supuestamente atribuibles a la vacunación o inmunización, que pueden ser poco frecuentes como malestar local, endurecimiento en la zona de aplicación, enrojecimiento y dolor local.